jueves, 27 de noviembre de 2008

Los extraterrestres que no conocemos



artiendo de la base de que no hay una sola explicación para el fenómeno ovni, se comprenderá que es obvio que las teorías acerca de sus objetivos también sean muy variadas; hay quienes aseguran que los supuestos extraterrestres vienen a destruirnos o esclavizarnos y otros, por el contrario, suponen que su cometido es «civilizarnos», enseñarnos y protegernos.



Raptos Y Cyborgs Humanos
Los misteriosos hombres de negro están íntimamente relacionados con los ovnis y los servicios de inteligencia.
Según Jacques Scornaux, algunos humanoides podrían ser mortales capturados por los extraterrestres y sometidos a obediencia por los seres que comandan los ovnis. De esta manera, y si así les interesare, podrían explorar detalladamente el planeta con el concurso de estos biorobots teledirigidos, sin necesidad de que ellos se manifiesten directamente. Por manipulación genética han podido desarrollar innumerables razas de cyborgs humanos, cada una de ellas adaptada a las misiones especializadas que ha de desempeñar mezclada entre nosotros, del mismo modo que los ingenieros pecuarios crían centenares de especies caninas para la caza, guardería, cuidado del ganado, salvamento de personas, carreras, etcétera.
Las misteriosas desapariciones de seres humanos que parecen volatilizarse en el aire son una constante en los archivos policiales. Por otra parte, se sabe de varios casos en los que grotescos tripulantes de ovnis han aparecido acompañados de otras personas idénticas a los humanos terrestres. Los «contactados» a su vez indican que los alienígenas raptan -con diversos fines- a numerosos hombres y mujeres del medio terráqueo, siempre con el consentimiento consciente o inconsciente de los implicados.

Fenómenos De Mimetismo Y Camuflaje
Según John A.Keel, los ultraterrestres se nos han aparecido en el pasado asumiendo las formas fingidas que mejor cuadraban a los rasgos psicológicos y temperamentales de cada comunidad y sistema de creencias. En la segunda mitad del siglo XX remedan vehículos de lejanos planetas, porque es lo que mejor se adapta a la mentalidad tecnocrática de los nuevos tiempos. Y en el futuro seremos testigos del flujo en nuestro continuum de espacio-tiempo de una gama de fenómenos todavía mucho más extraños, anómalos y misteriosos que los objetos no identificados contemporáneos. Los ovnis y humanoides camaleónicos representan ante nuestra perpleja mirada lo que Jean Robin ha motejado como «La Gran Parodia»: una magnum opus de teatro cósmico, montada con tantos actos y sofisticadas escenas cual una excelente comedia de Shakespeare. He aquí algunos de los personajes y situaciones falsificados que, en el decurso del tiempo, han sido urdidos por los habilidosos adores del cielo:
Simulacros de seres mitológicos protohistóricos, dioses y héroes del Olimpo griego.
Dragones volantes en la China Imperial.
Arcas de la Alianza, columnas luminosas, carros de fuego, nubes resplandecientes y estrellas de Belén en episodios ligados a la cultura judeo-cristiana.
Cruces refulgentes en la atmósfera de la Edad Media (Carlomagno).
Soles que «se paran» hasta que una batalla se decide a favor del bando eclesiástico.
Ángeles y «enviados» en el contexto católico.
Decenas de miles de apariciones de una hermosa dama «con el brillo de mil soles», que durante ochocientos años se ha hecho pasar por «Nuestra Señora» o la «Virgen María».
Diablos infernales, deformes monstruos de las tinieblas y demonios tentadores que han martirizado a gentes escrupulosas en las edades oscuras.
Veintenas de casos de intrigantes formaciones de helicópteros en vuelo, plaga de los Estados Unidos en la década de los años setenta y vinculados a las mutilaciones de ganado. Son caricaturas de autogiros, pues jamás han sido identificados ni pertenecen a ningún helipuerto conocido.
El modelo más asombroso de mimetismo ufológico ha sido sacado a la luz pública por un brillante trabajo de Bertrand Meheust. A partir de 1880 los ovnis aparecen masivamente en los relatos de ciencia-ficción, copiando (o mejor pre-describiendo) con increíble exactitud y detallismo la profusa tipología ufológica que se desataría a partir de 1947. Con casi un siglo de antelación, los novelistas de lo que se suponía fantástico, han previsto con enorme precisión las escenas hoy tipificadas en relación con platos voladores, aterrizajes, humanoides, morfologías, aspecto exterior y comportamiento de los discos y cigarros extraterrestres. Ojeando estos arcaicos textos de segunda fila, parecería que estamos leyendo cualquier informe rutinario sobre los platillos volantes de nuestros días.
La ideología alienígena habría precedido masivamente y en el campo de lo inobservable (novelas baratas por entregas), a lo que ocurriría mucho después; de esta manera se habría hecho una preparación sibilina de la mentalidad popular con el fin de introducir progresivamente la noción de una multiplicidad de culturas en el cosmos.

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